La palabra, aquello que
le da sentido al lenguaje, y el lenguaje, aquello que le da sentido al mundo.
Nuestra
civilización esta compuesta por símbolos, siendo el lenguaje el más utilizado
para poder explicar nuestro entorno, junto con la ciencia que explica los
fenómenos de la naturaleza, la palabra es el origen de ese símbolo que
utilizamos para comunicarnos, por lo tanto el más importante.
Es
evidente que desde que el ser humano aprendió a hablar, ha generado
civilizaciones, y avanzado como genero humano, ya que es evidente que el humano
es el único ser que ha desarrollado un lenguaje, y como tal, ha cambiado al
mundo a su paso
La
palabra es de suma importancia, no solo para las relaciones humanas, si no para
el entendimiento de nuestro entorno.
Parece
que se le ha restado valor a la palabra, es solo un recurso comunicacional con el cual convivimos en el día a día, pero
ya no se le da la importancia que tenía en generaciones pasadas.
En
la antigüedad la palabra incluso tenía connotaciones mágicas, los juramentos se
hacían solo al pronunciar la frase “Lo Juro” sin necesidad de un contrato, y en
la actualidad esa frase para juramentar, ha cambiado al dicho popular de “Más
vale la más negra de las tintas, que la más brillante de las memorias” se ha
perdido la importancia de ver al humano como ese ser místico que sabe arrancar
los arcanos de la naturaleza para transformarla, “Di la palabra mágica” se les
enseña a los niños a decir por favor, pero los adultos no se dan cuenta que la
palabra es magia en si, la palabra es lo que transforma nuestro mundo, y es tan
importante saber usarla, dicen hoy en día que las palabras no duelen, pero eso
no es cierto, las palabras pueden construir y destruir, por eso su connotación
mágica de la antigüedad, la cultura hebrea utiliza ciertas palabras para
transformar su entorno, y para ellos es de suma importancia.
En
nuestra cultura también parece tener arraigado el poder de la palabra, cuando
alguien dice algo que no queremos que pase, le decimos “¡Qué la boca se te haga
chicharrón!” condenándolo por desearnos algún mal por el simple hecho de
decirlo, cancelando ese encantamiento con la frase anterior mencionada.
Incluso
religiosamente la palabra es ese ser supremo, se le refiere a Cristo como “El
Verbo Redentor” en el evangelio de Juan incluso La Palabra es lo primero que
existía en el universo, y en el génesis Dios termina con el caos mediante el
uso de la palabra pronunciando: “Hágase la luz” y desde entonces el caos de
dispersa, dándole a la palabra el poder de construir, de la misma forma, la
palabra es peligrosa si no se usa de manera correcta, como en la torre de
babel, que alegóricamente nos enseña que si la soberbia domina la palabra, esta
se vuelve peligros y genera tiranos, Dios así confundiendo las lenguas, para
neutralizar una construcción que le ofendía.
La
palabra construye nuestro entorno, opino que la silla no es silla por tener un
respaldo y cuatro patas, si no por que todos entendemos lo que la palabra
“silla” representa.
Siendo
la palabra lo que moldea nuestra realidad y la transforma mediante el uso de
la la razón para comprender a la
naturaleza y los sentidos que utilizamos para vislumbrar el mundo.
Puebla,
Puebla
A
miércoles, 6 de febrero del 2013
ES CUANTO.
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