
Virtus Junxit, Mors Non Sperabit
Extraño y hermoso como nuestro México celebra la muerte, si, Celebra La Muerte!
Es hermoso darse cuanta que el amor no nos abandona, que si al polvo regresan nuestros seres queridos y sabios ancestros, nosotros seguimos conectados a ellos, a final de cuantas, nosotros también somos polvo, (quien tenga oídos que escuche).
Me da tanto orgullo nuestra Tierra de Muchas Piedras y Nopales en el hecho de que las tradiciones siguen, un sincretismo de antiguas supersticiones, vencidas por milenarias traiciones de celebrar el hecho de que no morimos, sino trascendemos, y aceptémoslo, el mexicano es fiestero, tan fiestero que le tenemos su fiesta ¡a la Muerte misma! ¡Festejamos hasta morir, y una vez muertos, nuestros seres queridos nos festejan!
¡Es hermoso ver los altares y ofrendas de Día de Muertos!
Me da una sensación de que la esencia sigue hay, no importa hace cuanto tiempo un ser querido halla regresado a la esencia creadora, sigue hay, en el recuerdo de aquellos que son sus seres queridos, se les monta un pequeño altar, con flores, inciensos, dulces, y comida que le gustaba, los antiguos en los pueblos cuentan que en esas fechas el “difunto” regresa a comer con su familia, es en verdad maravilloso, es la esencia del México con el que sueño, donde la muerte no es un impedimento del amor, A- Mors, Sin Muerte, así es, el amor trasciende a la muerte, el amor nos hace recordar a aquellos que en este particular espacio-tiempo, ya no están todos los días, pero su esencia continua.
Creo que también esa necesidad de tenerlos presentes, nos hace querer demostrarles no solo con nuestros actos diarios, sino con un regalo extraordinario en esa fecha que están con nosotros, el hecho de poner una foto, un pan de muertos, una bebida refrescante para el largo viaje que emprendió una claverita de azúcar (endulzando la muerte diría yo) una vela, para guiarlo hasta nuestra mesa un incienso, para que el olor mundano no lo distraiga de los sagrados alimentos y unas flores para adornar y celebrar su presencia, es eso, el compartir el pan y vino con nuestros seres queridos que se han marchado.
México Tierra de hermosos Valles, Lagos, Montañas, Piedras, Nopales y Dulce Fiesta a la muerte, en si Tierra de Esperanza, Pureza Tradicional y Trascendencia a la Muerte.
México, mágico lugar donde la muerte no domina nuestras vidas, si no las alienta, por eso se le ha de llamar la segadora de almas, aquella que siembra las almas, un ciclo infinito de A-Mor.
¡Feliz Día de Muertos!
¡LO QUE UNE LA VIRTUD, NO LO SEPARE LA MUERTE!
PRO PATRIA